
Principio femenino de liberación, perfección de la sabiduría, madre de los budas, protectora del Tíbet. Tara es la mayor dama-yidam del panteón tibetano.
Con respecto a la práctica de Tara, ella es un Bodhisatva en el décimo-segundo bhumi o estadio de iluminación, capaz de realizar todos los deseos de los seres. Tara es la manifestación de la compasión de todos los Budas de los tres tiempos. También es una diosa que lleva a cabo y cumple las actividades iluminadas de todos los Budas.
Tara es un nombre sánscrito cuya raíz Tri significa en el causativo “nadar”, ”hacer atravesar”, “hacer alcanzar la otra orilla”, tanto en sentido propio como figurado, de ahí el sentido general de “salvar, socorrer, liberar”. El nombre tibetano correspondiente a Tara es Dreulma o Drölma. Ambos apelativos concuerdan en cuanto a significado ya que el verbo del que deriva Tara significa “salvar, hacer atravesar”.
Tara es por lo tanto “aquella que hace atravesar (el océano de las existencia)” o también “aquella que hace alcanzar (la otra orilla en la que cesan los estados condicionados de la existencia)”. Puesto que ella misma llegó a la otra orilla del Despertar, Tara puede acompañar a otros seres en ese camino. En Mujer y Budismo en Occidente, Silvia Wetzel se refiere a la historia de Tara como una crítica a la visión del mundo patriarcal del budismo clásico.

Como llevó a muchísimos seres a la liberación, recibió el nombre de Tara, la liberadora. También se dice que nació de una lágrima vertida por Avalokiteshvara el buda de la compasión, del cual ella es una emanación. El nombre Tara también quiere decir estrella.

Las dos formas más conocidas de Tara son la verde y la blanca, así como 21 manifestaciones que son objeto de una bella plegaria. Tara Blanca personifica la salud y la larga vida, y es la patrona de las tibetanas y tibetanos que ejercen las artes de la medicina.
A Tara verde se la venera como la encarnación de la compasión activa, la protectora contra los peligros. Se la relaciona con el elemento aire, por eso a la práctica de Tara se le atribuye un rápido éxito. El lama Govinda cuenta la siguiente historia tibetana acerca del color verde de Tara: “Cuando la sabiduría de la noche, el azul oscuro de la medianoche, se combina con la sabiduría del día, el amarillo dorado del mediodía, se crea Tara verde”. De acuerdo con la tradición religiosa occidental, el color verde está relacionado con el poder curativo y también en el
Sufismo islámico.

Al imaginar seres despiertos, liberados en forma de divinidades masculinas y femeninas creamos una relación con nuestra propia naturaleza íntegra, fomentando la confianza en nuestra fortaleza interior. En opinión de Silvia Wetzel, “cada vez que imaginamos seres despiertos, diosas y dioses, mujeres y hombres liberados, establecemos contacto con cualidades y capacidades divinas, despiertas”.
Tal y como dijo el Ven Kirti Tsenshab Rinpoche, Tara es la Buda femenina de actividad iluminada que cuenta de 4 tipologías: la pacificadora, la incrementadora, la vencedora y la airada.

• El blanco representa la actividad pacificadora, apta para vencer a las enfermedades, a las causas de muertes prematuras y a los obstáculos para el éxito en nuestra vida o en nuestra práctica.
• El amarillo representa la actividad de incrementar las cualidades positivas para una larga vida, la paz, la felicidad y el éxito en nuestra práctica del Dharma.
• El rojo representa la actividad de poder o para vencer las fuerzas externas que no pueden ser dominadas por las dos anteriores, por ejemplo, la eliminación de obstáculos en la enfermedad, muerte prematura,

• El negro representa la actividad airada que incluye usar métodos enérgicos para llevar a cabo actividades para propósitos de iluminación que no pueden ser llevados a cabo por otros métodos.
Su mantra es Om Tare Tuttare Ture Soha.