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Friday, July 8, 2011

La canción de la libertad...

En esta oportunidad les quiero compartir la historia de la cantante y monja budista Ani Choying Dolma, a propósito que estará de concierto en la ciudad de Nueva York el próximo domingo 10 de Julio de 2011. Hace mas de un año que la conocí gracias a sus canciones y a su libro "La canción de la libertad", que apenas acabo de terminar de leer y ha sido una historia muy inspiradora para mi corazón y espíritu. En este libro la monja budista nepalí y sorprendente estrella de la canción narra su biografía. Aca les comparto un articulo de Carlos César Álvarez en su sitio www.futuropasado.com escrito en el 2010 y que reproduzco con todo el respeto y la libertad que inspira este señor en su website.
"Drolma Tsekyid -éste es su verdadero nombre- nació en un barrio tibetano de Katmandú, al que sus padres se exiliaron en 1950 tras la invasión de su país por el ejército chino. Desconoce la fecha exacta de su llegada al mundo, ya que no es costumbre entre su gente tomar nota de estos acontecimientos, pues “el ciclo de la vida y la muerte es demasiado complejo para fijarse en una simple fecha”, pero el año debió ser 1971.
De niña sufrió las agresiones de un padre violento, circunstancia que la marcará durante muchos años y que será determinante en su decisión de entrar en un monasterio: nadie, ni su padre, se atreve a levantarle la mano a una monja. Como toda víctima de la violencia, está llena de odio y ella a su vez adopta actitudes agresivas y desafiantes con los chicos del barrio, que la conocen como “la hermanita de Bruce Lee”.

“Soy una religiosa, y por consiguiente se espera de mí un comportamiento dentro de las normas. Pero yo no soy esa persona, no encajo en los patrones.” (Ani Choying Dolma)
Con poco más de diez años, un amanecer se dirige a un cercano monasterio, vestida de blanco y llevando un khata o pañuelo de seda blanca para ofrecer al superior y solicitar ser admitida como monja. El maestro le corta un mechón de cabello como símbolo de aceptación y la otorga su nuevo nombre: Karma Choying Dolma. Ya es una religiosa budista, una ani (equivalente al “hermana” católico). Sin embargo, aún tardará tres años en obtener el necesario permiso de su padre para abandonar el hogar.
Por fin un día, se rapa la cabeza, se viste con una túnica granate e ingresa en Nagi Gompa, como discípula de Tulku Urgyen Rinpoché, que se convertirá en su venerado maestro. Pero la vida monástica no es fácil. Entre las monjas hay celos y rivalidades y Choying se granjea enseguida la enemistad de algunas por su carácter rebelde e independiente. Sin embargo estas mismas cualidades le hacen ganarse la simpatía de su maestro, que la nombra su asistente personal. Además de las sagradas escrituras y cantos tradicionales, Choying aprende inglés. En su tiempo libre escucha rock y ve películas de Bollywood.
“En lugar de maldecir la oscuridad, ¿por qué no intentas encender una vela?” (Tulku Urgyen Rinpoché)

Cuando regresa a su casa a pasar unos días descubre que su madre continúa siendo víctima de la violencia de su padre. Éste sólo tiene ahora a la madre para desahogarse y Choying llega a sentirse culpable de haberla abandonado. Y vuelve el odio, el viejo compañero que en la vida monástica parecía haber desaparecido para siempre.
A Nagi Gompa llegan habitualmente extranjeros, europeos y americanos, que cuentan cosas del mundo exterior. Choying tiene muchas ganas de viajar y obtiene permiso para salir al extranjero. Su primer viaje es a Singapur, donde queda fascinada por ese modo de vida más occidentalizado y descubre que le encanta ir de compras. “Si no fuera monja sería una fashion victim”, confiesa. Una curiosa anécdota es que al principio tomaba la ropa tendida en las ventanas por banderolas de oraciones, tan típicas de Nepal y Tíbet.
Su salida al extranjero despierta su instinto para los negocios. Aprovecha sus siguientes viajes para vender unas estatuillas que hace su padre. Sus compañeras del monasterio la apodan ahora la “monja business”.


La muerte del maestro Tulku Urgyen Rinpoché marcará un punto de inflexión en la vida de Choying, a la que el limitado mundo de Nagi Gompa no le es ya suficiente. Tras recuperarse de una depresión, decide dar un nuevo rumbo a su existencia. Entre otras actitudes “impropias” de una monja, decide aprender a conducir:
“Quiero conducir, no tanto porque tenga necesidad de hacerlo, sino porque quiero destacar, quiero hacer algo notable y desusado. Soy una mujer, soy una monja y ¡a pesar de todo voy a conducir!”
Y Choying se convierte, ante el asombro de la gente, en la primera monja budista en conducir un Suzuki por las calles de Katmandú.
Uno de los visitantes extranjeros de Nagi Gompa es el músico Steve Tibbetts, que escucha cantar a Choying y entusiasmado por la voz profunda de la monja le propone la grabación de un disco. Ella, tras consultar con sus superiores, acepta y meses más tarde, se publica Chö (el título se refiere a una práctica tántrica que permite superar las emociones negativas). A partir de aquí, comienza la carrera de la monja cantante, con giras por Estados Unidos y Europa. Con el dinero recaudado, Choying da el primer paso para cumplir un viejo sueño: fundar una escuela para niñas nepalíes y tibetanas, las cuales generalmente carecen de educación, ya que no es costumbre que las mujeres estudien.
Hoy día, Arya Tara School, como se denomina, lleva diez años funcionando. Las monjas, con edades comprendidas entre los 8 y 23, estudian filosofía, tibetano, nepalí, inglés, ciencias, matemáticas, informática, ciencias sociales, medio ambiente y salud. Cuenta con el apoyo personal del Dalai lama, que recibió a nuestra protagonista en su exilio de Dharamsala.
“La práctica del budismo nos enseña a considerar a nuestro enemigo como un docente”
Choying y su padre, poco antes de la muerte de éste, mantienen una sorprendente conversación en la que se revela el motivo de su actitud siempre violenta y que tiene relación con un acontecimiento del pasado muy doloroso para él. A partir de ese momento, el odio da paso a la comprensión y Choying solo siente agradecimiento por todo lo que su padre le ha dado.
Ani Choying Dolma es uno de esos personajes que saben mantenerse en equilibrio sobre el filo de la navaja, una perfecta mezcla de budismo y marketing, capaz de ganar considerables sumas de dinero con sus actividades para luego dedicarlas a fines altruistas.
Los derechos de autor de La canción de la libertad irán destinados a sufragar un centro de diálisis renal en Katmandú. La madre de Choying falleció debido a una enfermedad del riñón."

Web oficial: www.choying.com
Discografía:
Chö (1997)
Danzing Dakini (1999)
Choying (2000)
Selwa (2004)
Moments of Bliss (2004)
Smile (2005)
Inner Peace (2006)
Matakala (2009)

Thursday, April 28, 2011

La mujer es Amor, la verdadera inteligencia ...


La mujer más cerca de la iluminación

En general, es más fácil para una mujer sentir y estar en su cuerpo, así que está naturalmente más cerca del Ser y potencialmente más cerca de la iluminación que un hombre. Por eso muchas culturas antiguas instintivamente escogieron figuras o analogías femeninas para representar o describir la realidad trascendental y sin forma.


Cuando la mente tomó el poder y los hombres perdieron contacto con la realidad de su esencia divina, empezaron a creer en Dios como una figura masculina. La sociedad empezó a ser dominada por lo masculino y lo femenino quedó subordinado a lo masculino.


Lo que continúa siendo verdadero, sin embargo, es que la frecuencia de energía de la mente parece ser esencialmente masculina. La mente se resiste, lucha por el control, usa, manipula, ataca, trata de atrapar y poseer. Por eso el Dios tradicional es una figura de autoridad patriarcal, controladora, un hombre a menudo iracundo al cual usted debería temer, como sugiere el Antiguo Testamento. Este Dios es una proyección de la mente humana.


Para ir más allá de la mente y volverse a conectar con la realidad más profunda del Ser, se necesitan cualidades muy diferentes: entrega, ausencia de juicio, una apertura que permita que la vida sea en lugar de resistirse a ella, la capacidad de sostener todas las cosas en el abrazo amoroso de su conocimiento.


Todas estas cualidades están mucho más cercanamente relacionadas con el principio femenino.


Mientras que la energía de la mente es dura y rígida, la energía del Ser es suave y dúctil y sin embargo infinitamente más poderosa que la mente.


La mente gobierna nuestra civilización, mientras que el Ser está a cargo de toda la vida en nuestro planeta y más allá.


El Ser es la verdadera Inteligencia cuya manifestación visible es el universo físico.


Aunque las mujeres están potencialmente más cerca de él, los hombres también pueden acceder a él dentro de sí mismos.


En este momento, la inmensa mayoría de hombres y mujeres están todavía en las garras de la mente: identificados con el pensador y con el cuerpo del dolor. Esto, por supuesto, es lo que impide la iluminación y el florecimiento del amor.

Extraido del El Poder del Ahora, Eckhart Tolle

Tuesday, November 2, 2010

El valor de no reaccionar...


Un día estaba el joven Siddharta meditando. Un hombre mayor se acercó y comenzó a abusar de el sin piedad. Siddharta permaneció en absoluto silencio.

¿Cuánto tiempo podría continuar su abuso? Después de un rato se detuvo y se dispuso a abandonar el lugar. Pero antes Siddharta le dijo: "Espera un momento, por favor. Tengo algo que preguntarte. Dime, cuando ofreces regalos a una persona, ¿qué haces si no acepta tus regalos?"

"Simplemente me los llevo."

Siddharta Gautama dijo, "Bien, has estado intentando ofrecerme los regalos que has traído contigo. Puesto que no los he aceptado, tú te los llevas de nuevo contigo".

El hombre se sintió triste y avergonzado de su conducta. Suplicó su perdón. Siddharta le perdonó y finalmente él llego a ser un cercano discípulo del Buda.

Wednesday, June 23, 2010

La vida es como un lienzo en blanco: Pinta algo en él!



"La vida carece de importancia en sí misma.

Sólo es significativa si eres capaz de cantar una canción a lo
Eterno, si puedes liberar un poco de fragancia divina, un poco
de eternidad: si eres capaz de convertirte en una flor de loto,
inmortal y eterna.

Si aprendes a convertirte en puro amor, si
eres capaz de embellecer esta existencia, si puedes convertirte en
una bendición para esta existencia, solamente entonces la vida
tiene significado; en caso contrario, no tiene sentido.

Es como un lienzo en blanco: puedes cargar con él durante
toda tu vida y morir aplastado bajo su peso, pero ¿para qué?

¡Pinta algo en él!"


Osho - Vida, Amor y Risa

Thursday, April 29, 2010

Respirando en amor...


"El amor es siempre nuevo; nunca envejece porque no se acumula, no es acumulable. No conoce pasado; siempre es fresco, tan fresco como las gotas de rocío. Vive momento a momento. Es atómico. No tiene continuidad, no tiene tradición. A cada instante muere y a cada instante renace de nuevo. Es como el respirar: inhalas, exhalas; vuelves a inhalar, vuelves a exhalar. No acumulas nada en tu interior.

Si acumularas el aire, morirías porque se corrompería, dejaría de tener vida. Perdería su vitalidad, su cualidad vital. Igual que ocurre con el respirar, ocurre con el amor. A cada instante es renovado. Siempre que uno resulta atrapado en el amor y deja de respirar, la vida pierde toda importancia. Y eso es lo que le sucede a todo el mundo: la mente es tan dominante que incluso influye sobre el corazón y lo convierte en posesivo. El corazón no conoce la posesividad, pero la mente lo contamina, lo envenena.


Recuérdalo: ¡Enamórate de la existencia!

Y deja que el amor sea como el respirar. Inhala, exhala, pero deja que el amor entre y salga. Poco a poco, con cada respiración tendrás que crear la magia del amor. Conviértelo en una meditación: cuando exhales, siente que estás volcando tu amor en la existencia; cuando inhales, siente que la existencia está volcando su amor en ti.

Y pronto descubrirás que la cualidad de tu respiración está cambiando; empezará a ser algo completamente distinto de todo lo que has conocido. Por eso, en la India, lo denominamos, 'prana', vida; no sólo respiración, no sólo es oxígeno.

Hay algo más: la vida misma." Osho