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Monday, February 1, 2010

Acerca de parejas, esposas, maridos, amantes...

Amado Osho: ¿nos hablarías acerca de nuestras parejas: esposas, maridos, amantes?


"La relación es uno de los misterios; y dado que existe entre dos personas, depende de ambos. Allí donde dos personas se encuentran, un nuevo mundo es creado. Por el solo hecho de su encuentro, llega a la existencia un fenómeno nuevo que no ha existido antes. Y a través de ese nuevo fenómeno, ambas personas cambian y se transforman.

Sin relacionarte, eres una cosa; relacionado, inmediatamente te vuelves otra. Una cosa nueva ha sucedido, cuando una mujer se vuelve una amante ya no es la misma mujer; cuando un hombre se vuelve padre, ya no es el mismo hombre. Nace un niño, pero nos olvidamos completamente de una cosa: en el momento que nace el niño, también nace la madre, ésta no existía antes. Existía la mujer, pero no la madre. Y la madre es absolutamente nuevo.

La relación es creada por ti, pero entonces, a su turno, la relación te crea. Dos personas se encuentran y eso significa que dos mundos se encuentran, no es algo simple sino muy complejo, lo más complejo que hay. Cada persona es un mundo en sí mismo, un misterio complejo con un largo pasado y un futuro eterno.

Al principio se encuentran las periferias, pero si la relación crece en intimidad, se vuelve más profunda, entonces los centros empiezan a encontrarse más y más… eso se llama amor.
Cuando se encuentran las periferias, es un “conocido”, tocas a la persona desde afuera, justo desde el borde, eso es un conocido; muchas veces empiezas a llamar “amor” a tus conocidos, entonces estás en una falacia: ser conocido no es amor.





El amor es muy raro.





Encontrar a una persona en su centro es pasar tú mismo por una revolución, porque si quieres encontrar a una persona en su centro, tendrás que permitir que esa persona llegue también a tu centro. Tendrás que volverte vulnerable, absolutamente vulnerable, abierto. Esto es riesgoso.

Permitir que alguien llegue a tu centro es riesgoso, peligroso, porque nunca sabes qué es lo que te hará esa persona, y una vez que todos tus secretos son conocidos, una vez que todo lo que ocultabas queda al descubierto, una vez que quedas totalmente expuesto, nunca sabes lo que hará la otra persona. El miedo está allí, es por eso que nunca nos abrimos.

Somos sólo conocidos, y pensamos que el amor ha sucedido. Se encuentran las periferias y pensamos que nos hemos encontrado. No eres tu periferia, realmente la periferia es el límite donde terminas, la cerca que hay alrededor tuyo, no eres tú, la periferia es el lugar donde tú terminas y el mundo comienza.

Hasta los maridos y mujeres que han estado viviendo juntos por muchos años, pueden ser solamente “conocidos”. Y pueden no haberse conocido realmente el uno al otro. Y cuanto más vives con alguien, más te olvidas de que los centros han permanecido desconocidos.
Entonces, lo primero que hay que entender: no tomes a los conocidos por amor.

Puede que estés haciendo el amor; relacionado sexualmente, pero el sexo también es periférico. A no ser que los centros se encuentren, el sexo es sólo el encuentro de dos cuerpos, y un encuentro de dos cuerpos no es tu encuentro. A través del sexo también sigues siendo sólo un conocido. Puedes permitir que alguien entre en tu centro sólo cuando no tienes miedo, cuando no eres temeroso. Por eso te digo que hay dos maneras de vivir: orientado hacia el miedo u orientado hacia el amor.

El modo de vivir orientado hacia el miedo nunca puede llevarte a una relación profunda. Permaneces con miedo, y no le puedes permitir al otro que penetre al centro mismo de tu ser… permites que el otro se acerque hasta un cierto punto y luego la pared… y todo se detiene.

La persona orientada hacia el amor es la persona religiosa. La persona orientada hacia el amor es alguien que no tiene miendo del futuro, alguien que no tiene miedo del resultado y la consecuencia, alguien que vive aquí y ahora.

Eso es lo que Krishna le dice a Arjuna en el Gita: No te preocupes por los resultados, esa es la mente orientada hacia el miedo. No pienses en lo que sucederá a consecuencia de lo que hagas. Permanece aquí, nada más, y actúa totalmente. No calcules. Un hombre orientado hacia el miedo siempre está calculando, planeando, haciendo arreglos, poniéndose a salvo. Toda su vida se pierde de esa manera.

Si puedes estar en este momento, este momento presente, esta plenitud, sólo entonces puedes amar. El amor es un raro florecimiento. Sólo a veces sucede. Millones y millones de personas viven en la falsa actitud de que son amantes. Creen que aman, pero esa es sólo su creencia.
El amor es un raro florecimiento y es raro porque puede suceder solamente cuando no hay miedo, nunca puede suceder antes. Esto significa que el amor puede sucederle solamente a una persona profundamente espiritual y religiosa. El sexo es posible para todos, los conocidos son posibles para todos, pero el amor no.

Cuando no tienes miedo, entonces no hay nada que ocultar, entonces puedes ser abierto, puedes retirar todas tus fronteras y puedes invitar a la otra persona a penetrar en ti hasta el centro mismo. Y recuerda, si permites que alguien penetre en ti profundamente, él te permitirá penetrar en él, porque cuando permites a alguien que penetre en ti se crea una confianza; cuando tu no eres miedo, el otro también se vuelve libre del miedo.

En tu amor, el miedo está siempre presente. El marido tiene miedo de la mujer, la mujer tiene miedo del marido. Los amantes siempre tienen miedo, entonces no es amor. Es sólo un acuerdo entre dos personas temerosas que dependen el uno del otro, peleando, explotándose, manipulándose, controlándose, dominando, poseyendo… pero no es amor.

Si puede permitir que el amor suceda, entonces no hay necesidad de plegaria, no hay necesidad de meditaciones, no hay necesidad de ninguna iglesia, de ningún templo. Si puedes amar, puedes olvidarte completamente de Dios, porque a través del amor todo te habrá sucedido: la meditación, la plegaria, Dios, todo te habrá sucedido.

Eso es lo que Jesús quiere decir cuando anuncia: Dios es amor.

Pero el amor es difícil. Debes abandonar el miedo. Y lo extraño es que tienes tanto miedo y no tienes nada que perder."


Extraído de:Osho. “El camino abierto del Amor”.

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